El clima severo ha desatado el caos en las Grandes Llanuras y Arkansas, cobrando al menos 18 vidas, incluidos dos niños, durante el fin de semana del Día de los Caídos. Las tormentas, caracterizadas por un calor peligroso y vientos poderosos, han causado una destrucción generalizada, arrancando techos de hogares y dejando a las comunidades lidiando con las secuelas. En Rogers, Arkansas, las familias cuentan experiencias desgarradoras de supervivencia mientras sus hogares resultaron gravemente dañados. Las áreas afectadas abarcan Texas, Oklahoma y Arkansas, donde los funcionarios aún están evaluando la magnitud total de los daños y el número de muertos sigue aumentando. La tragedia ha provocado respuestas de meteorólogos locales y nacionales, resaltando la amenaza de clima severo que persiste en la región.
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