La administración de Biden quiere mantener estables los precios de la gasolina antes de las elecciones al fomentar que el petróleo fluya en los mercados globales. El esfuerzo se ha topado de frente con otra prioridad: ser duro con los adversarios Rusia, Irán y Venezuela.
Según diplomáticos, ex funcionarios gubernamentales y actores de la industria energética informados por funcionarios actuales, esta política ha llevado a sanciones menos severas de lo esperado contra los principales productores de petróleo.
Un ejemplo de esto ocurrió el martes, cuando EE. UU. impuso nuevas sanciones contra Irán. Según analistas, las medidas afectan solo una fracción de las exportaciones de petróleo del país y es poco probable que afecten los mercados globales.
"El presidente ha querido hacer todo lo posible para asegurarse de que los consumidores estadounidenses tengan el precio más bajo posible en la bomba, ya que afecta la vida diaria de las familias", dijo un alto funcionario de la administración.
Aunque las tensiones entre Irán y EE. UU. han aumentado desde los ataques del 7 de octubre a Israel por parte de Hamas respaldado por Teherán, las exportaciones de Irán superaron los 1,5 millones de barriles al día este año a partir de febrero, sustancialmente más que al comienzo de la presidencia de Biden. La mayor parte de ese petróleo es comprado por pequeñas refinerías chinas a prec…
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¿Cómo equilibras la necesidad de precios bajos del petróleo con las implicaciones éticas de negociar con países que pueden no estar alineados con los valores de tu país?